
eotihuacan o Teotihuacán1 (del náhuatl: Teōtīhuacāna o Teotiwakanb ‘lugar donde los hombres se convierten en dioses’ [‘lugar de la apoteosis’];2 ‘lugar de los dioses’)3 (pronunciación: /teoːtiːˈwakãːn̥/;
pron. en náhuatl moderno (?·i)),4 y, según nuevas investigaciones, también pudo haber sido conocida como Teohuacan (del náhuatl: Teōhuahcānc o Teowahkand ‘ciudad/lugar del sol’, ‘lugar de los sumos sacerdotes’),5 es el nombre que se le da al gran complejo arqueológico que fue uno de los mayores centros políticos, culturales, económicos y religiosos de filiación multiétnica en Mesoamérica durante el clásico (c. 200/250-600/650 d. C.), más precisamente entre c. 100 a. C. y 600 d. C./650 d. C.6 El nombre propio fue empleado por los mexicas para identificar a esta urbe construida por una civilización anterior a ellos y que ya se encontraba en ruinas cuando la vieron por primera vez.3
